¿Para vivir o invertir?

Para nadie es un secreto, o al menos no debería serlo, que una cosa es comprar la casa de tus sueños en el distrito donde siempre habías querido vivir, y otra muy distinta es adquirirla con la esperanza cierta de recuperar tu inversión y empezar a obtener ganancias a mediano o largo plazo.

Sin embargo, acá en el Perú es muy común que algún agente o promotor inmobiliario avispado intente convencerte de comprar una nueva propiedad diciendo que es una buena inversión y que se revalorizará en muy poco tiempo, casi sin prestar atención a tus necesidades y expectativas.

No obstante, hay que aclarar que por lo general no se trata de una práctica deshonesta, pues es cierto que en ambos casos estarías invirtiendo tu dinero y tu tiempo, sino de la mala costumbre de emplear un discurso prediseñado para tratar de vender a ambos tipos de clientes por igual.

Por eso, en este artículo vamos a comparar las diferentes razones para invertir en un nuevo hogar o en una atractiva oportunidad de negocios, y luego te explicaremos las mejores formas para invertir con éxito en este 2023 de acuerdo a tus motivaciones y expectativas.

¿Cuáles son tus razones para invertir en un inmueble?

Pues bien, ya hemos dicho que hay quienes invierten en un nuevo hogar y otros que desean proteger sus ahorros de la inflación generando una fuente de ingresos pasivos, pero a continuación hablaremos un poco más a fondo sobre las motivaciones que suele tener cada uno:

Para vivir:

Seguramente, todos recordamos aquella época en que deseábamos tener nuestra propia casa para independizarnos de nuestros padres y hacer las cosas a nuestro modo. Explorar el mundo y disfrutar de la vida junto a nuestros mejores amigos era lo más importante.

De seguro en aquel tiempo nos bastaba con una habitación o un departamento de 28m2 que tuviera apenas las comodidades mínimas, pues no entendíamos que ese deseo de explorar ya anunciaba que nuestro domicilio estaría en otra parte y que pronto vendrían otras responsabilidades.

Estudio o trabajo:

Si bien aquella primera residencia generalmente responde a lo inmediato, pronto la necesidad de procurar una buena formación y crecer profesionalmente, nos hace darnos cuenta que debemos escoger nuestro hogar pensando en el futuro.

De hecho, allí empezamos a preocuparnos por encontrar una vivienda que esté próxima a nuestro lugar de trabajo o estudio y aprendemos que es preferible pagar un poco más por estar cerca de las principales vías de acceso o las estaciones de transporte público.

Esposa e hijos:

Ahora bien, las principales motivaciones entre quienes buscan comprar su primera vivienda en el Perú, son el matrimonio o la llegada de un nuevo miembro a la familia. Por eso, es común que en esta etapa nos interesemos por edificaciones más espaciosas, con áreas verdes y otras comodidades.

La disponibilidad de farmacias y centros de salud pasa a ser nuestra principal prioridad, así como la facilidad de acceder a instituciones bancarias y otros comercios, mientras que los más precavidos buscan predios cercanos a la casa de sus padres o el colegio de los niños.

Para invertir:

En cambio, quienes ven en un inmueble una buena oportunidad de negocios, suelen tener prioridades muy distintas y por eso prestan más atención al nivel socioeconómico del distrito y su seguridad, el valor de los alquileres, la revalorización y el retorno de la inversión.

Es por ello, que mientras el bullicio de los sitios nocturnos, los parques industriales o los complejos turísticos puede ahuyentar a quienes buscan la tranquilidad de un hogar, esto mismo puede resultar atractivo para los que pretenden alquilar la edificación o venderla en el corto o mediano plazo.

Rentar:

Así es, comprar un inmueble para rentarlo es una de las formas más frecuentes de generar ingresos, aunque ello requiere tasarlo, hacerle reparaciones y mejoras para incrementar su valor, pero sobre todo conocer las fluctuaciones del mercado y depurar el perfil de los clientes potenciales.

Revender:

A diferencia de quien alquila, el revendedor de inmuebles aspira comprar inmuebles que requieran de muchas menos reparaciones o mejoras y que se encuentren en distritos más desarrollados para poder llevar a cabo sus negocios en un lapso más corto.

Comprar a precio de oportunidad:

En principio podríamos pensar que solo los clientes más adinerados pueden desembolsar a tiempo los fondos para comprar una atractiva propiedad que se esté vendiendo a muy bajo precio, pero esto no es necesariamente cierto.

Hay quienes invierten los ahorros de toda una vida, e incluso hipotecan sus propiedades o refinancian un crédito para aprovechar una de estas ofertas. Pero cuidado, busca asesoramiento profesional para practicar avalúos e inspecciones, así como para revisar documentos y evitar estafas.

La herencia de tus hijos:

Todo el que compra un inmueble para vivir tiene la oportunidad de dejarlo en herencia a sus descendientes, pero esto solo se convierte en un negocio cuando se compra otro bien aparte del hogar doméstico con el fin de dejarlo a sus herederos.